Los primeros vehículos funerarios aparecieron en torno al siglo XVI en Inglaterra. Allí se utilizaban lo caballos como medio de transporte para movilizar las carrozas fúnebres de aquel entonces.
El origen de estos vehículos especiales se debe a que las poblaciones empezaron a crecer y las Iglesias cada vez estaban más lejos de las casas. Además, empezaron a prohibir el enterramiento de personas dentro de las ciudades.
George Shilliber fue el creador del primer coche fúnebre, popularmente conocido por su marca: “Shillibeer’s Funeral Coaches”. En el coche podían subirse también los familiares. Fue muy famoso en Europa.
A lo largo de esta época empezaron a utilizarse una serie de elementos que tenían diferentes significados:
- Si la persona fallecida pertenecía a la burguesía o a la aristocracia, el vehículo se decoraba con plumas de avestruz. Cuantas más plumas había puestas, más adinerada era la familia.
- Cuando el coche era tirado por caballos negros, significaba que el difunto era un hombre.
- En cambio, cuando el coche era tirado por caballos blancos, significaba que el difunto era una mujer o un hombre soltero.
A veces, se daban casos en los que el funerario no tenía caballos de algunos de esos colores y los tenía que teñir.
El primer coche fúnebre con motor y eléctrico se creó en 1907 para el funeral de Wilfrid A. Pruyn. Su inventor fue HD Ludlow. Su precio era bastante elevado por lo que no se formalizó hasta los años 20.
En el año 1915, Geissel & Sons agregaron la cabina del conductor al resto del coche. De este modo, se hizo menos pesado y más económico.
El modelo que todos conocemos de gran limusina se patentó en los años 30 y con algunos cambios es el que estilo que permanece hasta la actualidad.
Con la revolución del motor, algunas marcas de lujo como Cadillac y Lincoln (en EEUU y Canadá) y Mercedes Benz (en Europa) se decantaron por este tipo de coches.
Los primeros coches fúnebres se pintaban casi todos de color negro. Con el paso de los años, ha ido cambiando la moda y se han pintado de color blanco, azul, gris o incluso se han pintado de dos colores.
Hola, soy Carmen Gallego Lemus. Licenciada en Ciencias Empresariales, por la Universidad de Jaén, y con la Titulación A, “Curso Superior de Seguros”, impartida por el CECAS, en el Colegio Provincial de Mediadores de Seguros de Jaén. Llevo más de 25 años ejerciendo mi actividad profesional en el negocio funerario trabajando en Funeraria-Tanatorio Ntra. Sra. de la Fuensanta, así como en el sector asegurador como corredora de seguros, ambas actividades relacionadas entre sí.
Actualmente, tengo el cargo de gerente en Servicios Funerarios Funesgal. Quisiera destacar de mi trabajo, que aún pareciendo poco agradable, me hace sentir realmente satisfecha y orgullosa, cuando al finalizar el servicio funerario, los familiares te muestran su agradecimiento por el apoyo y empatía recibidos en estos duros momentos, por parte de nuestro equipo humano.